La jodida resaca puede traer consecuencias desastrosas.
El día después, la tristeza que sigue a la alegría, el dolor tras la pérdida, la ausencia que deja la despedida.
¿Es mejor conocer la felicidad y descubrir el inmenso vacío que se esconde cuando se va, o vivir inanimados, sin experimentar buenos momentos, pero blindándote a sus efectos secundarios?
La vida está hecha de contradicciones que pueden salir muy caras. Pasas de estar en el olimpo del placer a, segundos después, caer en la más absoluta desgracia encerrada en tu mente. Pienso que no hay cosa peor que descubrir la falta de sentido a todo cuando extrañas lo verdaderamente importante.
Nadie debería quitarse la venda de los ojos y ver que todo era mucho más bonito cuando lo imaginábamos.
Pero es tan difícil, tan difícil que no puedo evitar caer en la misma trampa una y otra vez, embriagarme de sensaciones y unas horas más tarde perderme en el olvido.
Solo una vez más, una vez más…
De todos modos, si la felicidad fuera servicio a domicilio las 24 horas perderia todo su significado.
Funny how you turned red
When I first said
Lets join the dead
Funny I was driving by
Feeling really high
It made me cry
Wooooh...
Ahhhhh...
Funny there were swastikas
On santa monica
Where they were scarred
Funny that no one said
That you were dead
And painted red
Where do you go when you fall on your face
Its a place that you never should know
Is there a reason why people should change
And they changing the way that they go
If I was there with you for long
Would you be singing me this song
Im holding on
Wooooh...
Ahhhhh...
Where do you go when you fall on your face
Its a place that you never should know
Is there a reason why people should change
And they changin the way that they go
If I was there with you for long
Would you be singing me this song
Im holding on
Wooooh...
Ahhhhh...
Wooooh...
Ahhhhh...
Fuente: musica.com
16 de noviembre de 2008
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2 comentarios:
A eso se le llama arriesgarse amigo. Y por supuesto que a todos nos da miedo perder lo que creemos nuestro y nos gusta. Pero sin riesgo, ¡no hay emoción!
Y que lo digas, hay que apechugar con todo lo que se nos venga encima y seguir adelante.
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